Retos de los gobiernos municipales en incluir la perspectiva de género en la implementación de medidas de facilitación del comercio

Alexina Flores Gallegos
En la actualidad, Bolivia cuenta con 6,834 kilómetros de frontera con sus países vecinos: Argentina, Brasil, Paraguay, Perú y Chile. Los regímenes económicos y políticos de cada uno de estos definen para Bolivia escenarios diferenciados en la relación fronteriza. Sin embargo, existe un aspecto que es común en todos: el rol que ejercen los gobiernos municipales que han asumido funciones relacionadas con el comercio transfronterizo en sus regiones.

Para la definición de acciones o políticas a seguir relacionadas con el tráfico de mercancías entre Bolivia y los países vecinos, los gobiernos municipales de las ciudades o localidades fronterizas, debieran partir de la identificación de los principales actores involucrados en dicha actividad comercial, mediante la diferencia entre aquellos que son formales e informales. Ello, además de otras características tales como: edad, género, tipo de operación y rubro de la mercancía que es objeto de comercialización.

Asimismo, los gobiernos municipales tienen el importante reto de involucrarse de manera participativa en las tareas y políticas relacionadas con la facilitación de comercio implementadas por el gobierno nacional. Por su parte, el gobierno nacional debe también reconocer la importancia y necesidad de la participación de los municipios en la implementación del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC. Esto último, podría conllevar una eventual modificación del Decreto Supremo No. 4600, emitido en octubre de 2021, el cual crea el Comité Nacional de Facilitación del Comercio, en el que no han sido considerados los gobiernos municipales; o, en todo caso, podría implicar convocarlos a conformar las comisiones de trabajo que se formen para tal efecto.

Una vez definidas las características de los participantes en el tráfico transfronterizo de mercancías, corresponderá a los gobiernos municipales establecer estrategias orientadas a normar, facilitar y velar por la seguridad de cada uno de éstos. En lo referido a la perspectiva de género, será tarea de los municipios identificar las principales barreras que tienen las mujeres para participar de manera segura y sencilla en las operaciones de comercio exterior fronterizo, además de distinguir entre los niveles de formalidad de dichas operaciones.

Para ello, es imprescindible actuar de manera coordinada con autoridades regionales o locales dependientes de la Aduana Nacional y de todas las entidades públicas relacionadas con el control de las operaciones de comercio exterior en las fronteras, de modo que sea posible, de manera prioritaria, lograr lo siguiente:

  1. Publicación y fácil acceso a la información relacionada con el comercio en la frontera, garantizando que las mujeres comerciantes conozcan esta información, a través de la implementación de canales de comunicación apropiados según los usos y costumbres de cada localidad fronteriza (dado que las costumbres y tradiciones en cada frontera son diferentes).
  2. Establecimiento de puntos o centros públicos que permitan el acceso a internet para la obtención rápida de información y documentos relacionados con las operaciones de comercio exterior.
  3. Capacitación intensiva en temas normativos, técnicos y operativos relacionados con operaciones de importación y exportación de mercancías; tomando en cuenta el tipo de mercancías que son comercializadas y los regímenes aduaneros aplicados con mayor frecuencia en cada localidad.
  4. Campañas intensivas de socialización en toda la comunidad sobre los riesgos del tráfico de personas a los que están expuestos, principalmente niños, niñas y mujeres; estableciendo para ello canales de alerta temprana y pronto auxilio en el que participen todos los actores de la sociedad y las autoridades correspondientes.
  5. Para el grupo específico de mujeres ocupadas en operaciones de comercio transfronterizo ilegal, es imprescindible contar con campañas de sensibilización sobre los beneficios que representaría la incursión en la actividad de comercio dentro de la formalidad.


Sin lugar a dudas, todas las acciones descritas, requieren de la disponibilidad de recursos económicos, la reformulación de los presupuestos de los gobiernos municipales y, por parte del gobierno nacional, la asignación de recursos destinados para dicho fin. En ese sentido, es prioritario que tanto el gobierno nacional como los gobiernos municipales reconozcan la importancia de incluir la perspectiva de género en la facilitación del comercio en las localidades fronterizas. Solo así, se podría dar paso a las modificaciones presupuestarias y organizacionales que permitan a los municipios participar del Comité Nacional de Facilitación del Comercio o ser parte de las comisiones de trabajo, además de contar con los recursos económicos y humanos para coordinar con la Aduana Nacional y otras instituciones, las acciones que hagan posible una mayor y más fácil, segura, comprometida y formal participación de las mujeres en el comercio transfronterizo de mercancías.

Alexina Flores Gallegos

Ingeniera Comercial, graduada con excelencia de la Escuela Militar de Ingeniería, con Maestría en Administración de Empresas, especializada en Finanzas por el Instituto Tecnológico de Monterrey y con múltiples cursos en el área de gestión aduanera, comercio exterior e integración.
 
Trabaja hace 17 años en la Cámara Nacional de Despachantes de Aduanas de Bolivia, institución privada en la que ha desempeñado cargos de dirección en el área técnica, de supervisión y, actualmente, en la gerencia general.
 
A lo largo de su experiencia laboral, ha podido evidenciar la importancia de la relación público- privada en el diseño y construcción de políticas públicas orientadas a la facilitación del comercio y a la seguridad del comercio exterior entre los países.

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